Adaptado de 5 razones por las que compartir tu plan de producto es una mala idea:
Los compromisos deben cumplirse - no se trata sólo de una cuestión de credibilidad, también de considerar el coste para nuestros clientes de no entregarles algo con lo que cuentan. Si las nuevas características no se han comunicado, el compromiso no existe, y pueden suprimirse a última hora si todavía no están listas.
Manten a tus competidores adivinando - si ya saben lo que vas a hacer los próximos meses, corres el riesgo de que te imiten, o peor aún, te superen; así es difícil que podamos liderar.
Las decisiones de compra pueden aplazarse - en algunos casos los clientes interesados en un producto se enteran de una nueva funcionalidad, y entonces nos dicen, conforme, avísame cuando la nueva versión esté lista. Es el mismo efecto que ocurre con las nuevas versiones o 'restyling' de los coches, cuando va a salir una versión nueva, nadie quiere la vieja. Tu producto debe ser lo suficiente bueno para poder venderse como está, no como será dentro de unos meses.
Manten un nivel razonable de expectativas - no es necesario comunicar a todo el mundo tu gran visión para tener éxito. En vez de eso comunica lo que ya has hecho, esto es lo que te proporcionará credibilidad, de forma que tus clientes confiarán en tí.
Puedes capitalizar la sorpresa y la satisfacción - se trata de superar las expectativas de tus clientes, al no ponerlas demasiado altas, es más fácil alcanzar su satisfacción, incluso con la implementación de una funcionalidad que todos deseaban, pero nadie pensaba que podrías ofrecer.
Desde mi punto de vista, hay que alcanzar un equilibrio entre comunicar completamente tu plan de producto y no comunicar nada. Especialmente cuando el producto no ha alcanzado la madurez suficiente y todavía no es líder del mercado.
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